Estudiantes de Murcia, Estados Unidos, Australia, Reino Unido y Canadá participan en la excavación de la Cueva Negra

La revista británica ‘Antiquity’ abre su número de junio con un estudio sobre la Cueva Negra de La Encarnación y la evidencia de fuego intencionado más antigua de Europa

Una veintena de estudiantes y profesores formarán parte de la XXXVII Campaña de Excavación Arqueológica de la Cueva Negra, que tendrá lugar del 30 de junio al 21 de julio, organizada por la Asociación Murciana para el Estudio de la Paleoantropología y el Cuaternario (Mupantquat), con la colaboración del Ayuntamiento de Caravaca de la Cruz. 

En la escuela de campo participarán expertos y alumnos de la Universidad de Murcia, junto a estudiantes llegados de Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, China y Australia. Los trabajos estarán codirigidos por los profesores Michael J. Walker, Mariano López Martínez y María Haber Uriarte.

La Cueva Negra, con una antigüedad de entre 780.000 y 900.000 años, se ha convertido en un referente internacional para el estudio de la evolución humana. Los hallazgos de las últimas campañas de excavación confirman que es en este yacimiento del Estrecho del Río Quípar de La Encarnación, donde se localiza la evidencia de empleo de fuego por el hombre más antigua de Europa.

Este mes de junio, la revista la revista británica ‘Antiquity’, una de las de mayor circulación internacional en el ámbito de la Arqueología, abre su último número con un artículo sobre la presencia de fuego intencionado en la Cueva Negra.

Dicha publicación destaca en sus páginas que “el control del fuego es una característica de desarrollo de la cognición humana y una tecnología esencial para la colonización de las latitudes más frías. En Europa, la evidencia más temprana la encontramos en Cueva Negra. Se han documentado sedimentos carbonizados, hueso calcinado y sílex alterado térmicamente en un depósito profundo, fechado en 0,8 millones de años de antigüedad. Una combinación de análisis indica que estos habían sido calentados entre 400 y 600° C. Los análisis del sedimento y la hidroxiapatita también sugieren la quema y  degradación del hueso. Los resultados proporcionan una nueva visión sobre el uso del fuego en el Paleolítico y su importancia para la evolución humana”.

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