La Consejería de Cultura y Turismo aprovechó la cobertura que ofrece la Feria Internacional de Turismo de Madrid para presentar durante la jornada del domingo la fiesta de los Caballos del Vino.
Estos festejos, que junto con los Moros y Cristianos son parte integrante de las fiestas en honor a la Santísima y Vera Cruz de Caravaca y que se celebran del 1 al 5 de mayo, constituyen una manifestación folclórica y cultural con una singular fuerza expresiva, lo que le ha valido la declaración de Interés Turístico Internacional.
Durante la emisión del programa se desglosaron los actos principales de la fiesta.
En primer lugar, se hizo referencia al Concurso de Caballos a Pelo, que se lleva a cabo en la plaza del Hoyo el día 1 de mayo por la tarde y donde los caballos se exhiben sin ninguna clase de atalaje. Durante este alarde, el jurado premia al caballo poseedor de la mejor estampa.
También se hizo referencia a la Exposición de Bordados, que tradicionalmente tiene lugar en el Centro Cultural de la Iglesia de La Compañía y en otros locales habilitados al efecto. Aquí se muestran las diferentes piezas que componen el enjaezamiento de un Caballo del Vino, por lo que cada peña aprovecha este momento para dar a conocer el diseño de su vestimenta, auténticas obras de arte guardadas en secreto hasta ese día.
La carrera de los Caballos del Vino es el núcleo central sobre el que gira toda la fiesta. Durante la mañana del 2 de mayo, docenas de caballos ataviados con los mantos bordados previamente expuestos galopan a contrarreloj intentando ser los más rápidos en llegar hasta la explanada del Castillo.
Tras la salida, establecida por sorteo previo, los caballos son conducidos por sus cuatro caballistas y van abriéndose paso entre la multitud que abarrota la cuesta del Castillo. Éste es el momento más intenso de las fiestas y el lugar donde se demuestra la unión del caballo y sus caballistas.
Finalizada la carrera, los caballos hacen alarde ante el jurado para que éste pueda examinar la calidad de cada uno de los bordados. Entonces tiene lugar el Concurso de Enjaezamiento, que supone el colofón de la fiesta. En él se valoran los distintos mantos confeccionados a mano en oro y seda, que representan escenas históricas y religiosas de Caravaca de la Cruz.