La planta fotovoltaica, situada junto a subestación eléctrica de Cañada Lentisco, ocupa una superficie de casi 10 hectáreas y ha supuesto una inversión privada de más de 4 millones de euros
Este parque fotovoltaico permite un ahorro anual de 1.233 toneladas en emisiones de CO2
20/03/2023. Caravaca de la Cruz cuenta con una planta fotovoltaica, que se ha construido junto a la estación eléctrica de Cañada Lentisco y proporcionará a la red una producción estimada de 11.000 MWp al año, lo que aproximadamente equivale al consumo anual de 3.300 hogares o 500 vehículos.
El alcalde, José Francisco García, ha visitado hoy estas instalaciones compuestas por 10.248 paneles y una potencia de 5,5 MWp, que ha requerido de una inversión privada más de cuatro millones de euros. "Se trata de una importante apuesta por la energía limpia y renovable, aprovechando las características idóneas de nuestro territorio en cuanto a horas de sol y empleando tecnología innovadora y respetuosa con el entorno que permite utilizar la energía solar difusa y aquella reflejada por el suelo, lo que aumenta la potencia de la planta", ha indicado.
Este proyecto ocupa una extensión de casi 10 hectáreas y ha sido ejecutado con un presupuesto de 4.064.583 euros por parte de la empresa catalana especializada en producción de energía renovable Estabanell. El proyecto de obra e instalación ha sido desarrollado por la empresa murciana Regenera.
Este parque fotovoltaico, que vuelca su energía en la subestación de Cañada Lentisco, supondrá un ahorro anual de 1.233 toneladas en emisiones de CO2, lo que equivale a unos 12 millones de kilómetros recorridos por un coche de combustible fósil.
En el proyecto se han incorporado elementos que fomentan la naturalización de la planta e integración con su entorno. En este sentido, dispone de un vallado cinegético, que además de proteger la instalación, cuenta con aperturas que dejarán pasar a la fauna local de pequeñas dimensiones, como conejos o roedores. Además, ya se han restituido 10 centímetros de capa de tierra vegetal, que se retiraron para preservarla durante las labores de movimiento de tierra, para que la vegetación crezca de forma natural, sin necesidad de replantar ni abonar la tierra de nuevo.