Matías Albarracín Crespo, nació en la Calle Aurora N°3 de Caravaca. Hijo de Francisco Albarracín, Guardia Civil y de Maravillas Crespo. Era el segundo de cinco hermanos y estudió primaria en la escuela del Castillo. A los 11 años quedó huérfano de padre, lo que le obligó a dejar la escuela y ponerse a trabajar. Entró como aprendiz en la tienda de tejidos los Jiménez, donde realizó toda su vida profesional, llegando a ser encargado y contable hasta su jubilación en 1.965. Casado con Encarnación Montoya, tuvo cuatro hijas: Maravillas, Mari Carmen María Encarna y Mari Cruz.
Hombre inquieto, ingresó en la banda de música muy joven tocando la trompeta. Formó junto con otros músicos caravaqueños la Orquesta Donave, que tocaba en el Círculo Mercantil, en la Sala de Fiestas las Delicias, en las verbenas del Carmen y en cuantos eventos se celebraban. Además de tocar en la orquesta era el cantante de la misma, ya que poseía una bonita voz de tenor dramático.
Matías fue un verdadero autodidacta, su afición al teatro le llevó a interpretar y dirigir varias obras teatrales y zarzuelas a beneficio de la kábila de Los Rifeños, de la que fue fundador junto a Ángel Celdrán y otros amigos. También hay que destacar sus excelentes dotes de rapsoda, recitando poemas de Manuel Guerrero y de su gran amigo Elías los Arcos.
Murió a los 67 años el 9 de mayo de 1987 en el Hospital de la Arrixaca.