La fiesta de la Exaltación de la Vera Cruz, que se celebra cada 14 de septiembre, recuerda el descubrimiento de la Cruz de Cristo por parte de Santa Elena, madre del emperador Constantino ‘El Grande’, en el año 320. Una fiesta que se celebra con júbilo en Caravaca y a la que precede un quinario, cinco días en los que diferentes sacerdotes predican en la Basílica Menor-Santuario de la Vera Cruz.
El Obispo de Cartagena, Mons. José Manuel Lorca Planes, clausuró ayer el Quinario en la fiesta de la Exaltación de la Santísima Cruz, invitando a los caravaqueños a cuidar a los peregrinos que llegan hasta este lugar; y a poner el centro de la mirada en Cristo, “el único que puede sanar al hombre”. “Cuando Dios nos regala la cruz es para completar la pasión sanadora de Cristo, para sanar las heridas ocasionadas por mis pecados, en mí y en los demás”, explicó Mons. Lorca, animando a los presentes a vivir con coherencia la fe: “Lo que llega al corazón no son las palabras, sino el testimonio de vida de una persona”.
Recordó, además, que la relación del hombre con Dios no esclaviza sino que es de libertad, “porque Cristo ha pagado con su sangre nuestra libertad… Vengamos a Caravaca, peregrinemos a la Cruz de Cristo, para poder encontrar el regalo de saber amar como Cristo nos amó”.
Durante la celebración se impuso la cruz a los nuevos hermanos cofrades, unos veinticinco, entre los que se encontraba el presidente de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, Fernando López Miras.
Al finalizar la celebración, se realizó la procesión de la Vera Cruz alrededor de la muralla del alcázar-santuario. El Obispo de Cartagena y el párroco de El Salvador, Jesús Aguilar, portaron la Sagrada Reliquia, acompañados por la Compañía de Armaos de la Vera Cruz (la guardia de honor que custodia el Lignum Crucis en sus salidas del santuario) y cientos de fieles. A su regreso, una vez dentro del recinto amurallado, la patrona bendijo los campos, la ciudad y a cuantos moran en ella desde los cuatro puntos cardinales.
Cinco días de culto especial a la Vera Cruz
El Custodio de Tierra Santa, el franciscano P. Francesco Patton, abrió el pasado domingo el Quinario de la Vera Cruz. Su antecesor en el cargo, Pierbattista Pizzaballa, regaló a la Cofradía de la Vera Cruz, en 2006, una astilla del Lignum Crucis, que se sumó entonces a las que ya estaban dentro del relicario.
El día 11, presidió el Quinario Jesús Aguilar Mondéjar, párroco de El Salvador, vicario episcopal para la Zona de Caravaca-Río Mula y Comisario del Año Jubilar 2017. En la fiesta del Santísimo Nombre de María, el día 12, fue el propio rector de la Basílica Menor Santuario, Emilio Andrés Sánchez Espín, quien presidió la celebración. El día 13 fue el Arzobispo de Santiago de Compostela, Mons. Julián Barrio, quien recordó que la cruz no es signo de muerte sino de vida, “no de infamia y de derrota sino de salvación y victoria, no de masoquismo sino de amor. Recordamos cómo donde tuvo origen la muerte, allí resurgió la vida”.