A día de hoy, muy poco se sabe sobre la continuidad en competición del Club, tanto en Superliga 2 (finaliza el plazo de inscripción este viernes día 17 de Junio) como en cualquier otra categoría. Incluso, tras el anuncio de la desaparición de la sección de voleibol del FC Barcelona, el conjunto caravaqueño ha tenido la posibilidad de volver en la temporada 2011-12 a Superliga 1, pero tal y como están las cosas, es completamente inviable.
De poco han servido los éxitos, tanto del primer equipo como de los de categorías inferiores, que esta temporada han completado una actuación redonda, destacando el sub-campeonato en categoría Junior, sub-campeones en el Campeonato de España Juvenil, 7º clasificado en el Campeonato de España Cadete y 13º en el Campeonato de España Infantil.
El mejor club de la historia del deporte caravaqueño no sabe, a día de hoy, si tan siquiera va a ser posible la continuidad en el trabajo con las categoría base, puesto que la dureza de la crisis está complicando encontrar los patrocinadores suficientes para asegurar el futuro del club.
Tras varias conversaciones con el Ayuntamiento, hoy día 16 de Junio se espera una respuesta definitiva del consistorio a las posibilidades económicas del mismo para ayudar al club a seguir publicitando el nombre de la Ciudad de la Cruz por todo el territorio nacional.
Si a ello se une que la Comunidad Autónoma no tiene fecha prevista para firmar el convenio de la temporada 2010-11, ya finalizada, aunque si se comprometió a ayudar con una cantidad económica determinada que esperemos se cumpla por el bien de todos.
El Club aun debe liquidar el último mes y medio de jugadores y entrenadores, que aceptaron dilatar el plazo de cobro, con tal de facilitar la supervivencia del club.
De momento, da la impresión de que se ha habituado a los aficionados a que el club salga adelante y esté en la alta competición, aparentemente, sin esfuerzo alguno, cuando en realidad mantener un club, que mueve con tanto éxito las bases y además ha estado dignamente en la élite, es casi un milagro.
Ahora se palpa la cruda realidad, como es la desaparición, sin que casi nadie se moleste en preguntar qué se puede hacer por echar una mano, colaborar y trabajar por el mantenimiento de una joven institución, que ha llegado a lo más alto e incluso se permite el lujo de aportar jugadores a las selecciones nacionales.