El consejero de Desarrollo Sostenible y Ordenación del Territorio, Benito Mercader, anunció hoy que las obras de rehabilitación de las zonas de la comarca del Noroeste arrasadas en el incendio de 1994 concluirán en menos de un año.
Entre las distintas obras se encuentra la construcción de una helipista, o pista de aterrizaje para helicópteros, de apoyo para la extinción de incendios forestales en la Sierra del Gavilán, según indicó Mercader en la inauguración de la Jornada Técnica de presentación del Proyecto de Recuperación de Zonas Incendiadas del Noroeste, cofinanciado por la Comunidad Autónoma y el Instrumento Financiero del Espacio Económico Europeo (EEE).
El consejero indicó que “los trabajos que concluirán antes del próximo verano son un importante proyecto, incluido en la Estrategia Forestal de la Región, que permitirá recuperar completamente la zona arrasada por el incendio de 1994. El proyecto supone un aumento de la biodiversidad y la superficie cubierta por vegetación forestal, logrando una reducción de la erosión y mejorando el ecosistema y las condiciones de vida de la fauna, además de dotar de importantes medidas contra incendios, como la construcción de la helipista, entre otras. Además, la inversión, de seis millones de euros, será un importante motor de la economía local”.
Los trabajos de rehabilitación incluyen tratamientos selvícolas sobre 1.274 hectáreas de la Sierra del Algaidón; la recuperación de especies que desaparecieron parcial o totalmente en el incendio; la corrección hidrológica de ramblas con problemas de erosión; la reparación de la red principal de caminos; la rehabilitación de un vivero para producir las plantas necesarias para esta y futuras restauraciones; y las medidas contra incendios.
Asimismo, el consejero de Desarrollo Sostenible indicó que “vamos a restaurar el vivero forestal del Bebedor, en Moratalla, que contará con dos zonas: el vivero y el Arboretum, que se utilizará como jardín botánico. El objetivo del Arboretum es mostrar a los ciudadanos los hábitat de la Región por pisos bioclimáticos y contará con un bosque con un riachuelo y una zona especial para invidentes, en la que podrán conocer esta diversidad de nuestra Comunidad a través del tacto”.
En total, la Consejería de Desarrollo Sostenible invertirá seis millones de euros para recuperar más de 2.000 hectáreas. Desde el año 2000, el Gobierno regional ya ha destinado diez millones en la recuperación de la zona afectada por el incendio del verano de 1994 en Calasparra y Caravaca.
Origen del proyecto financiado por el EEE
El Plan de Restauración de Zonas Incendiadas en la Comarca del Noroeste de Murcia fue seleccionado por el Instrumento Financiero del Espacio Económico Europeo entre otros 60 proyectos presentados por España, recibiendo una subvención de tres millones de euros. El proyecto, cofinanciado por la Comunidad con otros tres millones, sirve para llevar a cabo la ejecución de una serie de actuaciones encaminadas a recuperar una parte importante de la zona afectada por el gran incendio de Moratalla de julio de 1994.
La vegetación original que existía en la zona antes del incendio de 1994 estaba constituida por pinares de pino carrasco mezclados con monte bajo de especies más frágiles como lentisco, enebro, arnacho o coscoja. Las ramblas, barrancos y zonas al pie de los montes, donde hay más disposición de agua, contaban con especies como la cornicabra, el madroño o el durillo. Además, en las zonas rocosas existían zamarrilla de roca, oreja de roca, pendienticos de la virgen y chumberillo de lobo, entre otras.
Tras el incendio se produjo una reducción drástica de las especies vegetales y animales presentes en la zona. Algunas de ellas son muy sensibles a los cambios y aún siguen sin recuperarse. Por ello, se hace necesario reintroducirlas, ya que en algunas áreas no han vuelto a surgir después del fuego. Otras, como el pinar, rebrotaron de una forma desordenada, para lo que se hace necesario un tratamiento selvícola con el objetivo de que los ejemplares crezcan con fuerza y dejen espacio a otras especies autóctonas, mejorando la biodiversidad, y se evite que puedan ser destruidos por una plaga o un incendio. Estas medidas conllevan una mejora del ecosistema y la recuperación de la fauna.