Si quisiéramos definir la Cultura, con ayuda de la RAE, podríamos decir que es "el conjunto de conocimientos e ideas no especializados adquiridos gracias al desarrollo de las facultades intelectuales, mediante la lectura, el estudio y el trabajo". También ofrece la acepción de "conjunto de conocimientos, ideas, tradiciones y costumbres que caracterizan a un pueblo, a una clase social, a una época, etcétera". Tenemos, pues, una Cultura Caravaqueña.
Nuestras ideas, tradiciones y costumbres giran, desde el siglo XIII alrededor de la Vera Cruz y el Patrimonio ligado a ella. Nuestro Patrimonio es la "piedra viva" de la cultura de Caravaca.
Si bien estas piedras vivas (madera viva, pintura viva, literatura viva) a lo largo del tiempo han sido mimadas por los caravaqueños, por desgracia esos cuidados no siempre se han mantenido en el tiempo o no han sido los adecuados. La Cultura de Caravaca no es algo que tengamos que sanar cuando enferme. Es algo que tenemos que cuidar para evitar que enferme. Una cultura viva y sana no es más que el reflejo de una Caravaca esplendorosa.
Por todo ello, es necesario el desarrollo de planes para gestionar el patrimonio, que marquen unos objetivos para consolidar todos aquellos aspectos novedosos dirigidos a la revitalización del monumento y la implantación de unas pautas que sigan las normas del ICOM en zonas musealizadas. Que planteen una metodología de trabajo para aunar criterios de actuación firmes. La gestión de nuestros monumentos debe tener en cuenta todos los registros procedentes de la arquitectura, funcionalidad, culto y conservación, no solo la administración, para que el monumento permanezca vivo, perdure y desempeñe una función activa ante la sociedad. Y por último, unas fases de elaboración, en las que intervengan equipos multidisciplinares que diagnostiquen su estado, establezcan un orden de prioridades frente a posibles actuaciones y un sistema de control periódico sobre las obras. La materia de que se componen las obras de arte está viva. Son como pacientes, y hay que someterlas a exámenes rutinarios para que gocen de buena salud y estabilidad. Es mejor prevenir, que curar.
A veces, estancados en la costumbre, nos enorgullecemos sólo de aquello que, para nosotros y para quienes nos visitan, es el orgullo de Caravaca. Pero tal vez deberíamos pararnos a pensar por qué el perfil de nuestros visitantes es lineal, y en cómo diversificarlo.
Sí, es cierto que es nuestro orgullo la Vera Cruz, que son famosas nuestras fiestas de Moros y Cristianos y, por supuesto, los Caballos del Vino. Pero cuando nos visitan, ¿saben los turistas que tenemos tablas de Hernando de Llanos? ¿O que el pintor de cámara de Isabel II, Rafael Tejeo, era de Caravaca? ¿Y que el escultor José López, discípulo predilecto de Salzillo, también era caravaqueño? ¿Saben que el Santuario de la Vera Cruz, es el único edificio herreriano de la región de Murcia?
Mantener vivas las piedras de la Cultura de Caravaca es poner en conocimiento de quienes nos puedan visitar esa otra Caravaca, de gran diversidad, de hermosos rincones y bastión de la Historia.
Ya están consolidados los caminos de peregrinación en su aspecto místico y devocional que culminan en nuestra Santísima y Vera Cruz. Ahora debemos matizarlos porque estos caminos, además, deben ser caminos culturales. Caravaca será "camino de cultura y meta de peregrinos".