La edición de la Feria de Caravaca celebrada este pasado fin de semana, ha continuado el formato recuperado el pasado año con éxito y gran aceptación y que quiso volver a traer al casco urbano todas las actividades con el objetivo de dinamizar nuestras calles con sus comercios y hostelería, así como recuperar la esencia perdida de la ancestral Feria de nuestra ciudad, cuyos primeros datos conocidos se remontan al año 1573, según ha publicado el archivero municipal en otras ocasiones.
Si bien no oculto mi satisfacción al ver cómo el actual Gobierno municipal ha continuado la semilla que se dejó plantada el pasado año con un modelo de feria preparado para un crecimiento exponencial del mismo, también creo necesario poner de manifiesto la falta de planificación y de promoción de la Feria de Caravaca en lugares estratégicos más allá de nuestra localidad, poblaciones que históricamente han sido fieles a su cita con la feria. Esto se ha traducido, bajo mi opinión, en una evidente bajada de los visitantes de otras localidades, y creo que ese descenso se ha debido precisamente a esa falta de promoción por los cauces apropiados.
Este tipo de eventos se hacen para los caravaqueños, pero sobre todo se hacen pensando en que sean atractivos para recibir a visitantes que compren y consuman en Caravaca y contribuyan a inyectar una dosis de optimismo en la economía local. El esfuerzo y la coordinación de todos los agentes sociales para llevar a cabo tres días de actividades debe tener una recompensa económica que haga rentable este tipo de iniciativas, especialmente para sectores como el de la automoción que se han visto directamente afectados por la crisis económica, pero también para sectores como el comercio y la hostelería, que este año han visto como ha disminuido la cifra de negocio alcanzada el pasado año, consecuencia directa de falta de planificación y de una promoción adecuada.
Por otro lado, mezclar este tipo de iniciativas con otras claramente partidistas, como el arroz popular gratuito en el colegio de San Francisco, haciendo incluso coincidir fechas, no me parece de recibo. Posiblemente, si la feria se hubiera celebrado aprovechando el puente del 12 de octubre como se hizo el pasado año, su impacto hubiese sido también mayor.
Otro evento que se celebró el pasado fin de semana fue el Concurso Social de Doma Clásica organizado por el Centro Hípico, que trajo hasta nuestra ciudad a más de 70 jinetes de toda la Región de Murcia y que adoleció de falta de apoyo institucional, cuando es un tipo de actividad que va a la raíz de la feria y que también genera riqueza y puede convertirse en un escaparate de Caravaca y su variada vida social.