El abuso en el uso de una palabra no le hace perder su auténtico valor y significado. Y lo digo, en este caso, por lo que está ocurriendo con un concepto tan necesario como es la lealtad. Cada vez que el Partido Socialista, el equipo de gobierno, o algún articulista afín nos acusa a mí y al Grupo Municipal del Partido Popular de deslealtad cuando nos reunimos con miembros del Gobierno Regional, buscando siempre trabajar por nuestros vecinos, confunde las reglas del juego político democrático, en el que la discrepancia es legítima y necesaria para no sólo gobernar para 'su mayoría' sino para el bien común de todos los caravaqueños.
El contrario no es el enemigo al que hay que destruir, sino el adversario con el que hay que debatir e intentar consensuar asuntos que afectan a la esfera pública. La consecución de la mayoría de los votos ciudadanos no significa la adquisición de un poder indiscutible y absoluto y, mucho menos, el monopolio en la definición de lo que es bueno para la sociedad.
Desde el grupo popular hacemos política con la finalidad de aportar iniciativas positivas para nuestros vecinos y también para recuperar la confianza de la mayoría de los ciudadanos. No nos entregaremos a la descalificación por sistema ni emplearemos más medios que el debate y el poder de la palabra. Una forma de oposición que, en estos cuatro meses de legislatura, ya está quedando de manifiesto que nada tiene que ver con aquella que durante tantos años ha abanderado el Partido Socialista en Caravaca, con la descalificación y el descrédito por bandera y empleando todos los medios posibles, mucho allá del debate, para ir contra el anterior equipo de Gobierno, como las filtraciones interesadas la prensa o la judicialización de la vida política.
Por todo esto, pienso que estamos haciendo una oposición útil y leal pero, lamentablemente, el PSOE no parece entenderlo. Quizás porque no comprenden que la utilidad que perseguimos no es la de ellos, sino la de todos los ciudadanos. Quizás porque, arraigados en su propia experiencia, les cuesta trabajo conciliar oposición y lealtad, y tienden a confundir la política con lucha sin cuartel y lealtad con sumisión.
Estamos demostrando desde la oposición que las buenas formas políticas no son un síntoma de debilidad, que vamos a seguir haciendo la política que más conviene a los intereses de los ciudadanos, que son a los que se les debemos verdadera lealtad, y si por ello cae sobre nosotros la acusación de deslealtad, son quizás los que confunden los conceptos los que están obligados a hacer cuanto antes un ejercicio de clarificación.
Desde el Partido Popular mantenemos diferencias con el Gobierno en algunos asuntos, aunque tampoco podemos estar en desacuerdo con muchas cuestiones, puesto que las iniciativas llevadas a cabo por el nuevo equipo de gobierno se reducen a la recuperación del cine de verano y en auto-protegerse de la falta de iniciativa recurriendo una y otra vez de la situación económica del ayuntamiento (la última en un acto claramente de partido donde nadie rebatía las proclamas y tergiversaciones allí realizadas). Situación económica que, por otra parte, ya era conocida y no dista mucho de la de cualquier administración local con una durísima crisis como la que hemos sufrido. Triste y muy pobre bagaje el que nos presentan en estos primeros meses (pueden compararse con el balance del gobierno regional por ejemplo). Ni la oposición puede estar dirigida (ni lo estamos) a la pura y simple destrucción del partido en el Gobierno, ni el gobierno puede aprovechar los medios a su alcance -que son muchos, véase el caso de clara manipulación de determinados medios de comunicación locales, cuestión que dará mucho que hablar- para conseguir mediante la neutralización de la oposición el cierre de las vías por las que se manifiesta la pluralidad.
Desde el Grupo Municipal del Partido Popular, volvemos a insistir en nuestra lealtad al gobierno municipal y no nos duele prendas decir que D. José Moreno es nuestro alcalde y tiene nuestro reconocimiento y nuestra lealtad. Lo que debe hacer el equipo de gobierno es cumplir con el deber y la responsabilidad que le ha conferido el pueblo y centrar sus esfuerzos gestionar, en lugar de obsesionarse y 'sacarle punta' a cada movimiento realizado desde la oposición del Grupo Popular.