En 1998, el Papa Juan Pablo II concedió a Caravaca de la Cruz el privilegio de ser una de las cinco ciudades santas donde se celebra un jubileo a perpetuidad, junto a Jerusalén, Roma, Santiago de Compostela y Santo Toribio de Liébana. Desde ese momento el Pontífice quedó ligado de una manera especial al pueblo que custodia y venera el Lignum Crucis del madero en el que murió Cristo. Dieciocho años después, la ciudad de la Vera Cruz recibe una reliquia de sangre de San Juan Pablo II, concedida por la Diócesis de Cracovia a la parroquia de El Salvador.
En la tarde de ayer lunes, el Obispo de Cartagena, Mons. José Manuel Lorca Planes, presidió la celebración de la Eucaristía en la Basílica Menor-Santuario de la Vera Cruz, en el día en el que la Iglesia celebraba la Cátedra de San Pedro, una solemnidad que se remonta al siglo cuarto y con la que se rinde homenaje y se celebra el primado de Pedro y sus sucesores. Mons. Lorca ensalzó la figura de San Juan Pablo II como “aquel que rompió todos los protocolos y se acercó de una forma especial a los jóvenes”.
Tras la celebración de la Eucaristía se realizó una procesión con la reliquia hasta la parroquia de El Salvador, donde se dio a adorar a todos los presentes y se depositó en una hornacina en la zona del coro (al entrar al templo a la izquierda).
En la celebración y procesión estuvieron, junto a más de 300 caravaqueños, el alcalde de la ciudad, José Moreno; el consejero de Desarrollo Económico, Turismo y Empleo, Juan Hernández; y la hermana mayor de la Cofradía de la Vera Cruz. También estuvo presente el autor del retrato de San Juan Pablo II donde se ha colocado la hornacina con la reliquia, el pintor José Antonio Torregrosa, ‘Torregar’, natural de Ceutí. Entre los fieles se encontraba una representación de la parroquia de Santo Tomás Moro de Obertshausen, junto a su párroco.
Los frutos de un hermanamiento
La Real e Ilustre Cofradía de la Santísima y Vera Cruz y la parroquia de El Salvador de Caravaca se hermanaron con las iglesias católicas de Santo Tomás Moro y Sagrado Corazón de Jesús de Obertshausen el 9 de diciembre de 2012. La formalización de este hermanamiento corrió a cargo del entonces Hermano Mayor de la Cofradía, Pedro Pozo Martínez, y los párrocos alemanes, Norbert Hofmann y Hans König.
Norbert Hofmann visitó Caravaca durante las fiestas de 2012 y la buena acogida hizo que regresara hace dos años con un grupo de 46 peregrinos. Dos días después de regresar a Obertshausen recibió la noticia de que le era concedida una reliquia de sangre de San Juan Pablo II por parte de la Diócesis de Cracovia para su parroquia. “Como por el hermanamiento estamos más cerca y más unidos, como hermanos, se me ocurrió pedir una reliquia de la sangre para Caravaca”, explica el sacerdote alemán. Para la concesión era necesaria la firma del párroco de El Salvador. Con este motivo Jesús Aguilar envió un escrito al cardenal Mons. Dzimisz de Cracovia a través de los sacerdotes Diego Martínez, rector del Seminario Misionero Diocesano Redemptoris Mater, y Pawel Bogdan, párroco de San Francisco de Asís de Caravaca.
Además, el sacerdote alemán ha creado, con la ayuda de sus feligreses, una fundación para que los jóvenes caravaqueños puedan viajar a Obertshausen para formarse o trabajar. La fundación tomó el nombre de San Juan de la Cruz, por la vinculación del fraile carmelita con Caravaca, y comenzó a funcionar con la colecta realizada el 28 de julio de 2014 con motivo de la celebración de la llegada de la reliquia de sangre a la parroquia de Santo Tomás Moro. “En Obertshausen, que se ha convertido en ciudad de peregrinación, disponemos ya de cuatro puestos de formación para jóvenes de Caravaca de la Cruz”.