“Caravaqueños, tenéis un trabajo muy importante que hacer: ser testigos de la grandeza de ser hijos de Dios, constructores de un mundo nuevo”. Con estas palabras se dirigía el Obispo de Cartagena, Mons. José Manuel Lorca Planes, a los caravaqueños que acudían esta mañana a la Misa Pontifical en honor a la Santísima y Vera Cruz, patrona de la ciudad y en torno a la cual se celebran estos días las fiestas patronales.
En la noche de ayer, 2 de mayo, la Vera Cruz, acompañada en procesión por moros y cristianos, abandonaba su Basílica Menor-Santuario para bajar a la ciudad que la custodia y venera durante los días en los que los caravaqueños celebran las fiestas en su honor. Tras la procesión de anoche, la Vera Cruz se recogió en la parroquia de El Salvador, donde esta mañana ha tenido lugar la Misa Pontifical.
En el día en el que la Iglesia celebra la festividad de la Aparición de la Vera Cruz, encontrada por Santa Helena, madre del emperador Constantino, en Jerusalén, la ciudad de Caravaca celebra también la aparición milagrosa de su patrona, que según la leyenda tuvo lugar en 1231.
En el día grande de las fiestas de Caravaca, Mons. Lorca se ha referido a los caravaqueños como “anfitriones de la esperanza” y ha resaltado que el signo de la Cruz es siempre un signo de esperanza. “Este signo es capaz de salvarnos, no por la materia de la que está hecho, sino por nuestra obediencia a Cristo”.
Caravaca, que se prepara este año para el próximo jubilar, que tendrá lugar en 2017, seguirá celebrando hasta el 5 de mayo sus fiestas en honor a la Vera Cruz. Esta tarde, a las 20: 30 horas, tendrá lugar el Baño de la Cruz y Bendición de las Aguas en el Templete, el rito que da origen a estas fiestas declaradas, desde 2004, de Interés Turístico Internacional.