La campaña también ha sacado a la luz numerosos restos de la talla paleolítica, que incluyen piezas de sílex retocadas en excelente estado de preservación, empleadas por los hombres que habitaron la cueva hace casi un millón de años
En la Cueva Negra se localizó la presencia de fuego hecho por el hombre y el hacha de mano más antiguos de Europa
La 30 campaña de excavación en 'La Cueva Negra' de La Encarnación ha concluido con hallazgos e investigaciones que reafirman la antigüedad e importancia del yacimiento caravaqueño como lugar clave para el conocimiento de los primeros homínidos.
El alcalde de Caravaca de la Cruz, José Francisco García, junto al director general de Bienes Culturales, Juan Antonio Lorca, y los concejales de Cultura y Pedanías, Juan Manuel de León y José Antonio Sánchez, respectivamente, se han desplazado a este enclave, situado en el Estrecho del Río Quípar, coincidiendo con la conclusión de la trigésima edición de la campaña, que se ha desarrollado este verano con la presencia de unos 15 expertos de la Universidad de Murcia y varias universidades internacionales.
El director de la Escuela de Campo de Prehistoria y Paleoantropología del Cuaternario de la Región de Murcia, Michael Walker, les ha recibido a pie de yacimiento, donde ha destacado que "la guinda del pastel de la campaña de 2019 ha sido la determinación de la fecha de 890.000 años de antigüedad, según las investigaciones efectuadas por destacados científicos en la Universidad de Berkeley, en California".
José Francisco García ha manifestado que la Cueva Negra tiene un estatus de yacimiento clave para el conocimiento de la Evolución Humana y la Paleoantropología. En este sentido, ha recordado que "la cueva fue frecuentada por seres humanos que dejaron huella de su presencia en forma de restos del fuego y un hacha de mano, siendo ambos los más antiguos de Europa".
El alcalde de Caravaca ha puesto de relieve la necesidad apoyar en mayor medida el gran trabajo que viene desarrollando la Asociación Murciana para el Estudio de la Paleoantropología y el Cuaternario (Mupantquat), que mantiene un convenio de colaboración con el Ayuntamiento, y la necesidad de contar también con el respaldo del resto de administraciones públicas para seguir consolidando a este yacimiento dentro del panorama científico internacional.
"Hay que trabajar en la cesión del suelo privado que afecta a la zona de la excavación para poder optar a las subvenciones que la Comunidad Autónoma destina a los ayuntamientos, mejorar accesos y cerramientos y exponer de forma permanente las principales piezas que han ido apareciendo en los últimos 30 años", son algunas de las medidas que ha indicado el primer edil.
La campaña 2019 ha dejado importantes hallazgos como restos de fauna extinta, entre los que destacan parte de la cornamenta y otra del cráneo de un animal gran tamaño, probablemente el extinto megacerrino (especie enorme de cérvido), además de una costilla también de grandes dimensiones, un diente del oso extinto Ursus deningeri, y abundantes restos de la fauna mayor. Asimismo, la campaña ha sacado a la luz numerosos restos de la talla paleolítica, que incluye piezas de sílex retocadas en excelente estado de preservación, y huesos rayados por los útiles líticos manejados por los humanos arcaicos.
Han sido recuperados restos de los animales que fueron la base de subsistencia de los cazadores y recolectores que habitaban la cueva hace casi un millón de años, desde mamíferos grandes a animales menores. La cueva ha proporcionado una interesante fauna (fragmentos esporádicos de oso, hiena, lince y mustélido), presencia de restos de especies extintas de rinoceronte, elefántidos (probablemente mamut), bisonte, un cérvido gigante, gamo, corzo, caballo, caprinos, jabalí, macaco, gato montés, conejo, liebre, ardilla, erizo, pika, ratas de agua, musaraña, tortuga, lagartija, rana, sapo, culebra, y 66 especies de aves. La identificación de 7 especies de aves acuáticas implica la cercanía de pantanos y la presencia de bosque ribereño.
Otro de los directores de la excavación, el arqueólogo Mariano López de la asociación murciana Mupantquat ha señalado que "la gama de técnicas, junto con el dominio del fuego, amén del aprovechamiento de recursos minerales además de biológicos presentes en el Alto Quípar y Rambla de Tarragoya, nos ofrece una visión importante sobre la destreza manual, la aptitud técnica, y sobre todo, la versatilidad cognitiva de los frecuentadores del yacimiento hace casi un millón de años". Estos aspectos han atraído la atención del mundo científico en diversas publicaciones y presentaciones de referencia.