Lamento profundamente tener que comenzar mostrando nuestras más sinceras condolencias a las 6 familias de los fallecidos en la residencia de Ancianos de Caravaca. Vaya también desde aquí nuestro apoyo y ánimo para las religiosas, las trabajadoras y trabajadores y, cómo no, para los residentes de esta institución. Y, por supuesto, a todas las personas afectadas por COVID del municipio y a sus familias. ¡Mucha fuerza para superarlo!
He mantenido conversaciones con distintas personas de ámbitos variados implicadas en la prevención del coronavirus en nuestra localidad, entre ellas con D. José Francisco García, al que le he ofrecido de nuevo nuestra ayuda para lo que la pueda necesitar. Todos coincidimos que la situación es muy preocupante, con una incidencia acumulada de contagios altísima.
Está muy bien mostrar nuestro apoyo a los sanitarios; está muy bien comprender el sacrificio que hacen los hosteleros; está muy bien reconocer el trabajo de las fuerzas de orden público, pero esto no sirve de nada si somos incapaces de obedecer las pautas de comportamiento que se nos piden. Mantener la distancia de seguridad, el uso de mascarillas y la desinfección son acciones imprescindibles. Pero de poco valen si bajamos la guardia, sobre todo los fines de semana.
No podemos pedirles a los hosteleros el esfuerzo que supone el cierre de sus negocios y nosotros no dar la talla como ciudadanos comprometidos con la mejora de esta lamentable realidad. Hoy más que nunca, las fiestas privadas con amigos y amigas, las reuniones familiares numerosas, donde sin darnos cuenta relajamos las medidas de prevención, son un auténtico peligro.
Por este motivo apelo a vuestra responsabilidad y comprensión para que no tengamos que lamentar más muertes. Protege tu vida protegiendo la de los demás.