Hablar de Caravaca de la Cruz adquiere unos tintes mágicos y religiosos que le otorgan al lugar de una historia y una tradición sin precedentes. El municipio es el gran centro espiritual de Murcia, uno de los lugares más emblemáticos de la región, historia viva y cuna de un patrimonio monumental material e inmaterial que aún tiene mucho que ofrecer y enseñar.
Caravaca de la Cruz se enclava entre Murcia y Granada, y cuanta con un patrimonio fruto del paso por sus tierras de poblaciones que le fueron aportando sus particularidades. Caravaca fue escenario para civilizaciones como la íbera, la romana y la musulmana, que ha bebido de todas ellas para llegar a ser lo que es hoy. La historia nos confirma que el municipio de Caravaca es predominantemente Ciudad Santa, no obstante atesora la Cruz en su nombre.
SI algo define este lugar es el Castillo del siglo XV que la cerca y la leyenda sobre sus calles. La leyenda nos cuenta que en el año 1.232, el rey musulmán Abú Zeid se convirtió a la religión cristiana después de contemplar como dos ángeles bajaban del cielo una cruz para que un sacerdote que se encontraba preso en el Castillo, pudiera dar misa. Fruto de esta leyenda, a partir de 1.617 se inició la construcción del que hoy es el monumento de mayor relevancia del municipio murciano, el Santuario de la Vera Cruz.
Pero, ¿qué tan mágico es Caravaca de la Cruz? El municipio murciano, situado al noroeste de la región, cuenta con un esplendoroso patrimonio, una leyenda que sobrevive al paso del tiempo y uno de los hitos de la religión cristiana, la conservación de un trozo del lignum crucis.
El Real Alcázar de Caravaca de la Cruz
El Alcázar o castillo de Caravaca se ubica en un entorno irregular adaptándose milagrosamente al cerro sobre el que se asienta. Sobre este cerro, emblema de la ciudad, se levantó una fortaleza musulmana que sería reconquistada por los cristianos en el año 1.243.
El castillo tiene una planta de forma heptagonal y se rodea por 14 torreones de diferentes morfologías, que le configuran su carácter defensivo. Entre ellas, destaca la Torre Chacona, una torre del homenaje propia de la arquitectura defensiva medieval que recuerda al comendador Juan Chacón. Ubicada junto a la iglesia, su planta es troncopiramidal y se encuentra almenada.
Santuario de la Vera Cruz
La Iglesia Santuario data su construcción en los siglos XVI y XVII, con un marcado estilo herreriano en su interior y una imponente fachada barroca, que tras la de la Catedral de Murcia, es la segunda más importante de la región y que ha servido de inspiración para construcciones futuras.
La fachada destaca por tener un estilo diferente al resto de la construcción, como si de un retablo inserto se tratara. El material empleado en su ejecución es mármol gris y rojo, y en ella se superponen de formas abruptas curvas y rectas, dándole una sensación de movimiento. En el centro de la misma, se sitúa en el interior de una hornacina la Santísima y Vera Cruz, patrona de la ciudad y eje de toda la cultura de la zona.
El edificio fue levantando sobre una antigua capilla medieval, donde según la tradición se encontraba un fragmento de la cruz de Jesucristo. Tal hecho le ha llevado a ser centro de peregrinaciones desde el siglo XIII y atesorar la conocida Cruz de Caravaca.
Bañadero de la Vera Cruz
Este edificio, uno de los más representativos del municipio murciano, es conocido popularmente como el Bañadero, haciendo alusión al baño que se le da a la Santa Cruz y que se repite cada 3 de mayo. Arquitectónicamente se trata de un templete de estilo barroco y de planta hexagonal inscrita en una circunferencia. Su construcción se data sobre 1.762 y es obra del arquitecto murciano José López.
La construcción cuenta con cuatro cuerpos superpuestos, el pódium sobre el que se sustenta la arquitectura, el cuerpo principal que le da forma al monumento, la cúpula sobre tambor cubierta con teja árabe, y la linterna ornamentada con seis vanos.
Otros monumentos de interés
El patrimonio material del municipio es muy extenso, pudiéndose destacar la Iglesia del Salvador, donde convergen los estilos gótico, renacentista y barroco; el Ayuntamiento ubicado en la Plaza del Arco o el Museo Arqueológico en la Iglesia de la Soledad. El Museo es de gran interés para los visitantes y es que entre sus muros se conserva una interesante colección de restos arqueológicos procedentes del poblado ibero-romano.
Otras construcciones de gran valor para Caravaca de la Cruz son la Iglesia de San José, de estilo barroco; la Iglesia de la Purísima Concepción, cuyo interés se centra en su gran torre, una de las referencias visuales del paisaje de Caravaca; el Convento de las Carmelitas que fundara San Juan de la Cruz; o el antigua Iglesia de la Cofradía Hospitalaria de San Juan de Letrán.
La Cruz de Caravaca
Pero si algo define este municipio es la Cruz de Caravaca, nombre oficial con el que es conocida la reliquia cristiana. Sin embargo, los documentos nos hablan de su verdadero nombre, Vera Cruz, por lo que desde la Edad Media, es conocida como la Vera Cruz de Caravaca.
Esta reliquia, con apariencia de un pectoral de 17 centímetros, es conservada en un relicario con forma de cruz de doble brazo horizontal. La tradición nos narra que la Cruz de Caravaca pertenecía al patriarca de Jerusalén, Roberto de Nantes, y que aparecería posteriormente en Caravaca cuando un clérigo fue a dar misa y solicitó un crucifijo para ello. La leyenda cuenta que dos ángeles aparecieron para entregársela.
Caravaca de la Cruz se convierte en una de las piezas relevantes de la historia y del arte español y murciano. Un lugar por el que perderse y dejarse llevar por los años de historia que atesora y por las leyendas que recorren sus calles.