Esta actuación forma parte de los proyectos del Plan de Sostenibilidad Turística 'Camino a Caravaca 2024', financiado con fondos europeos, orientados la conservación del patrimonio y la revalorización del casco histórico
El retablo pictórico de esta ermita caravaqueña constituye un ejemplo único y excepcional en la Región de Murcia
22/12/2023. Los trabajos de rehabilitación de la ermita de San Sebastián, localizada en la Placeta del Santo, finalizan con la restauración de sus pinturas murales tardogóticas, que constituyen un ejemplo único y excepcional en la Región de Murcia. En los últimos meses el Ayuntamiento caravaqueño, ha impulsado la revalorización de este edificio histórico municipal para convertido en nuevo espacio público abierto a la cultura.
El concejal de Turismo, José Santiago Villa -que ha visitado las labores ejecutadas por la especialista Laura González, con la supervisión del Centro de Restauración de la Región de Murcia- ha explicado que en "se ha intervenido tanto en el interior como en el exterior de la ermita, dentro de los proyectos encaminados a la mejora de la conservación de nuestro patrimonio y la revitalización del casco histórico".
Los trabajos de rehabilitación de la ermita de San Sebastián han contado con un presupuesto cercano a los 100.000 euros, financiado a través del Plan de Sostenibilidad Turística 'Camino a Caravaca 2024', dotado en su conjunto con cinco millones de euros de los fondos europeos 'Next Generation', del Plan de Recuperación Transformación y Resiliencia.
La segunda y última fase del proyecto está consistiendo en la restauración del retablo pictórico tardogótigo, datado de finales del siglo XV o principios del XVI. Previamente, se puso solución a problemas estructurales y de humedad que venían acentuando la degradación de las pinturas, mediante un sistema de ventilación. El proceso que actualmente se ejecuta se centra principalmente en la zona baja del zócalo y persigue devolver la estabilidad a las pinturas y garantizar su permanencia en el tiempo.
En la primera fase de la rehabilitación de la ermita de San Sebastián, los trabajos consistieron en la rehabilitación de fachadas y cubiertas. Se procedió al sellado de grietas y fisuras existentes en todos los muros, para finalmente aplicar una capa de mortero de cal, y se construyó una nueva espadaña o campanario. El espacio se dotó, igualmente, de mobiliario para que esté preparado para acoger distintos actos de tipo social y cultural.
Ermita de San Sebastián
Su construcción se enmarca entre finales del siglo XV o principios del XVI. Por la tipología, habría que relacionarla con las iglesias góticas levantinas. Los testimonias escritos más antiguos que se conservan sobre la Ermita de San Sebastián son los Libros de Visitas de la Orden Santiago a la Villa de Caravaca, custodiados en el Archivo Histórico Nacional.
En este periodo era corriente dedicar una ermita o iglesia a determinados santos que según la tradición defendían a la población de plagas y epidemias frecuentes en aquellos años. Además, cumplían la misión de dar servicio religioso al barrio donde se ubicaban. Se encontraba anexa al Colegio de la Compañía de Jesús, y probablemente sería esta institución la que se encargaría del culto.
Pinturas murales
La importancia de estas pinturas radica en su propia naturaleza artística al formar parte del sistema decorativo que imperaba en la época y ser parte integrante del propio edificio y su historia.
La alteración y degradación de las pinturas viene derivada del envejecimiento natural de los materiales, acentuado por la interacción de los factores ambientales, biológicos y humanos; produciendo daños en la obra, tanto a nivel estructural como superficial.
Estas pinturas murales permanecieron ocultas bajo varias capas de yeso durante décadas, perdiéndose por completo su visibilidad. Con motivo de la rehabilitación del edificio que se realizó a principios de los años 90, fueron descubiertas y recuperadas. El proyecto actualmente respeta dicha intervención, actuando en aquellas zonas que presentan nuevos daños por la humedad.
En la parte superior del retablo aparece Jesucristo crucificado rodeado de la Virgen y María Magdalena. En la inferior están representados varios santos entre ellos el titular, San Sebastián, y junto a él San Fabián, San Juan Evangelista, San Juan Bautista y San Francisco, todos rodeados de una decoración floral al gusto de la época.