La incoación del expediente para la declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) del entorno de la Torre del Moro por parte del Gobierno regional permitirá que esta torre defensiva se sume al listado de construcciones fortificadas similares del litoral, como son Torre Rubia y Torre del Negro, que cuentan con esta consideración.
Situada cerca de las diputaciones de Perín y Cuesta Blanca, se configura como una torre defensiva casi cuadrada de muro de mampostería burda y perfil trapezoidal. Su altura confiere a esta obra el aspecto de una fortificación cerrada, sin vanos aparentes, aunque en origen tuvo tres cuerpos superpuestos.
En la segunda planta se observan los arranques de los arcos que sustentaban la bóveda que la cubría. Pudo tener remate festoneado o almenado, que en la actualidad ha perdido totalmente al igual que esa estructura de vigía, habida cuenta de la versatilidad y funcionalidad de estas edificaciones en caseríos y aldeas.
Como función principal desde finales del siglo XV, y coincidiendo con los momentos de repoblación a lo largo de los últimos años de ese siglo e inicios del siguiente, destaca la de control territorial, defensa y resguardo en tiempos de crisis, ataque o escaramuzas. En ese periodo se construyeron a lo largo de toda la comarca de Cartagena y Mar Menor una serie de torres, que permanecieron en activo hasta el siglo XIX, como instrumento de defensa ante los ataques de los piratas berberiscos, especialmente procedentes de Argelia.
En la delimitación del entorno de protección la Consejería de Turismo, Cultura, Juventud y Deportes, a través de su Dirección General de Patrimonio Cultural, ha tenido en cuenta la condición de las torres como edificios destinados a la ocupación y estructuración del territorio.
En este sentido, su dominio sobre un amplio espacio y su capacidad de visibilidad determinan el establecimiento de un entorno extenso orientado a proteger las líneas visuales tanto desde la torre hacia el territorio circundante como en sentido inverso.
Así pues, el entorno BIC se ha determinado para salvaguardar los puntos de perspectiva visual de la torre, un fundamento de tipo paisajístico justificado porque el monumento es una de las señas de identidad del paraje donde se ubica, ya que se trata de uno de los edificios más singulares de la zona desde el punto de vista patrimonial, tanto por su valor histórico como arquitectónico.